domingo, 20 de mayo de 2007

Welcome to the escalera, pt. 2

Peldaño medio: El descanso


Siento pánico
un peldaño cederá
pronto sabré cual
(Escalinata de Haikus)
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Aquel otoño que nevó en Resistencia fue la época más feliz de mi vida. El clima había estado anormal desde hace un tiempo y muchas cosas raras habían ocurrido. Entre las más destacadas se encontraban la tansformación del río Paraná en sangre y la invasión de alcaravanes. Pero nunca fui de leer el diario y cegado por la felicidad que me colmaba no supe reconocer las señales de mi perdición.
Frecuentaba por esos días un bar clandestino. Me había hecho amigo del dueño y tenía acceso a la zona restringida, unas habitaciones en el fondo del local donde se llevaban a cabo juegos y apuestas ilegales.
Al poco tiempo me había endeudado seriamente pero no me preocupaba. Tan solo me faltaba un golpe de suerte y estaba seguro que no tardaría en llegar. Sentía que la vida me sonreía, aunque más tarde me pregunté si no habría confundido por sonrisa lo que en verdad había sido una mueca burlona de sarcasmo...
Fue en ese bar que la vi por primera vez. Ella estaba en una mesa en un rincón hablando con un hombre de rostro preocupado. Notó que la miraba y sus ojos chocaron con los mios. Mantuvimos la mirada por unos segundos y luego volvió a mirar a su interlocutor.
Quedé mirandola un rato más, estudiandola. Sus ojos, su mirada intensa, sus labios, sus ocasionales sonrisas... Me había enamorado...
Me acerqué a la barra en busca de información...
- Lo mismo de siempre compadre - dije dirigiendome al barman
- Marcha un vaso de "leche de cabra" - respondió el barman guiñandome el ojo
Tomé unos sorbos y pregunté
- Quién es esa mujer en la mesa del rincón? Es la primera vez que la veo por estos lados...
- Su nombre es Rosaura Galleta. El jefe le deja tirar las cartas siempre y cuando no moleste - Me informó
No le hablé esa noche. En cambio fui al fondo y aposté 1.000 australes en la pelea de gallos. Tenía un buen dato que me había dado un coronel amigo mio...
El destino quiso que perdiera...y la desgracia hizo que me cortaran dos dedos de la mano izquierda como pago de mis agigantadas deudas.
No volví al bar...y no volví a ver a Rosaura...por un tiempo....
Habían pasado dos semanas y ya me estaban volviendo a crecer los dedos cuando me encontré con un malandrín del bar que, por casualidad o por destino, me comentó que Rosaura Galleta ahora leía el tarot debajo de un enorme árbol de cenizas, en la plaza central.
Quise fingir indiferencia, pero no logré engañarme. Estaba ansioso por verla de nuevo.
Caminé en dirección a la plaza. Esquivé un gato negro y sin darme cuenta, pasé por debajo de una escalera de albañil. Avanzaba con agilidad entre la gente. Estaba a dos cuadras de llegar cuando una voz me detuvo. Provenía de una limusina blanca que se había apareado a mi sobre el cordón de la vereda. No necesité que se identificara para saber que era Rogelio, el dueño del bar clandestino.
- Veo que te estás recuperando - dijo socarronamente
- Voy apurado Rogelio... No tengo tiempo ahora...
- No vas a ningún lado... Tenemos aún algunas deudas pendientes.
Chasqueó los dedos y al instante 3 matones salieron de la limusina y me metieron dentro por la fuerza.
Unos golpes en la cara y 2 dedos después...logré convencer a Rogelio en arreglar todo en una partida de poker. La idea le gustó, seguramente porque pensaba que de esa manera se garantizaría prolongar el que parecía ser su pasatiempo favorito, cortar dedos.
Tres horas y media después...tras un largo y agonizante partido...por fin me llega una mano buena. La mano salvadora!... Hago mi mejor esfuerzo por poner cara de decepción y lo dirijo directamente hacia mi trampa... Todas las fichas estaban en la mesa. De perder, sabía que no podría pagar la deuda ni siquiera con mi vida...pero no iba a perder...
Rogelio soltó su mano algo preocupado, dudando si no se había dejado llevar por las emociones...
- Escalera - dijo con la voz un poco quebrada...
Miré sus cartas, me agarré la cabeza e hice el suficiente tiempo para que él pudiera alimentar falsas esperanzas...
Finalmente, tiré mis cartas...
- Escalera no es suficiente para una Escalera Color Real....
Salí de allí con los bolsillos repletos de dinero. Tanto era lo que Rogelio había apostado que me terminó de pagar con billetes del estanciero.
Antes de cruzar por la puerta, sientiendome dueño del lugar, dije por última vez:
- Lo de siempre compadre...
Y me fui de allí tomando leche de cabra... Esperando que esa bebida láctea milagrosa pudiera darme el valor de ponerme en frente de Rosaura Galleta de una vez por todas...y hablarle...
La vi, sentada debajo de un enorme fresno de frondoso follaje amarillo. Me llamó mucho la atención el árbol, el único de toda la plaza que todavía conservaba follaje (por efectos del otoño...y de la terrible peste de árboles que azotó a todos los árboles de la ciudad).
Cuando me acerqué a su mesita, ella estaba mezclando su mazo de tarot. Me presenté con mi primer nombre...
- Mi nombre es Caín
- Lo sé, te estaba esperando - dijo con una voz pausada
- Desde que te vi aquella noche en el bar...supe que eras el amor de mi vida...
- Eso las cartas lo dirán...
- No....yo no creo en esas cosas...
Hablamos por un rato y la invité a salir numerosas veces durante nuestra conversación...pero ella se negaba.
- No hasta que dejes que te tire las cartas - me dijo
- Muy bien entonces, es un trato - accedí
- Pero mis servicios no son gratis...
- Bueno...cuánto cuesta una tirada de cartas??
- Cuánto tenés encima?
Fue una increible casualidad que la cantidad de plata que traía encima, o sea todo lo que acababa de ganarle a Rogelio en el poker, era precisamente el monto exacto de su tarifa por tirar las cartas!!...
Fue tirando las cartas...una tras otra... Y una a una fueron cayendo...siempre la misma carta... Cinco veces seguidas salió una carta con un dibujo de una escalera. La mirada confundida de Rosaura me asustó. Le pregunté si era un mal augurio...
- No es el hecho que haya salido cinco veces la misma carta lo que me preocupa - dijo - Sino el hecho de que esta carta no existe en la baraja de tarot.... - Al tiempo que decía esto, guardaba el mazo
Finalmente logré convencerla de mis intenciones y me invitó a su casa... Me dio la dirección, juntó todas sus cosas y se marchó apurada...
Llegué a la hora indicada... Miré bien el papel y corroboré con el número en la pared.
- Colón 145, este es el lugar... - Dije para mi mismo
Llamé a la puerta...y esta se abrió con mi primer golpe, estaba tan solo arrimada. Recién cuando vi hacia el interior recordé el lugar. Tan solo cuando vi el interior...recordé...la escalera.
Ya había estado allí antes y pensé que jamás volvería. Pero ahí me encontraba, no podía volverme atrás. Sentí erizar los vellos de mis brazos, una extraña electricidad recorría mi cuerpo.
Por fin me decidí y subí la escalera. A cada escalón admiraba su belleza, la increible artesanía con la que había sido concebida... Al llegar arriba me encontré con un pasillo largo, sin puertas ni ventanas. Tan solo un pasillo oscuro.......con una escalera al final...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa Rosaura era re estafadora jaja

Las piernas forman parte del caminar por la vida.. cuando tenemos un problema.. significa que no queremos avanzar.. que nos cuest mucho enfrentar algo y nos mantenemos en el mismo lugar.. Quizas ahi el tema de la escalera.. quizas cada escalon tenga un significado.. quizas lo que Cain necesita es.. terminar esos escalones, para lograr enfrentar algo que le impide avanzar.. pero de todas maneras palabras de una pobre soñadora..que se la pasa durmiendo .. esperando..

Luciérnaga dijo...

Parecería ser un interminable sueño... una pesadilla quizá... qué puede ser tan perturbante que su propia insertidumbre...dudodos intentos de entender........o no........... Que lindo personaje..... me gustan los lugares recorridos y su forma de no ser... y al mismo tiempo si.. qué otras aventuras y vivencias extrañas tendrá entre manos.....?